La composición del lugar será imaginarnos a la Santísima Virgen María en la casita de Nazaret y al Ángel que se le apareció y en ésta reflexión hacemos un conocimiento interno de la Santa Infancia del Señor, que por nosotros se ha hecho Hombre, para amarle y servirle más. Los puntos de meditación serán tres: El primero será mirar y contemplar la vida que hacia la Virgen Santísima en su pobre casa cuando se le apareció el ángel. Nos encontraremos con una vida de recogimiento, un recogimiento tal que esa turbación al momento de la presencia del ángel, la podemos comparar sin equivocarnos que es de sorpresa, de susto pues su mente y su corazón estaban en oración, meditación y silencio interior. Un recogimiento que muy seguramente estas experimentando ahora para poder seguir esta reflexión. Este recogimiento de María nos invita a que lo busquemos habitualmente en nuestros estado vocación en que nos encontremos viviendo ahora. Saca un rato para Dios alejándote de la bulla, de las conversaciones superfluas, alejándote a ratos de las cosas externas para entrar en las cosas de Dios. El segundo punto de meditación será: mirar los designios de Dios sobre Nuestra Señora hasta el momento de la Anunciación. Y por último punto de meditación: Cómo en ese misterio dulcísimo la Virgen Santísima se sometió a los designios del Señor.